De oro en su núcleo

Pradiauto presenta la exposición colectiva "De Oro en su Núcleo". El proyecto parte de la ciudad de Londres y el Royal College of Art como inicio de diversos lazos entre Esther Merinero, Lina Lapelytė, Alejandro Villa Durán y Frederik Nystrup-Larsen. La muestra se activa como una zona de convergencia de ideas e intuiciones artísticas. Un encuentro que ya se había iniciado en el tiempo y que ahora se materializa en el espacio.

"De Oro en su Núcleo" recoge, a través del fluir, lo fluido y la narrativa, una serie de gestos e interacciones con la historia, la naturaleza, lo mágico y el sujeto contemporáneo que se materializan de formas muy diferentes, pero que comparten y se encuentran en una percepción frágil de los ritmos de la sociedad actual. Las obras de la exposición nos sitúan en lugares inciertos e inquietantes, en medio de un torrente, de un portal, de una selva o de un sueño: lugares donde solo la ficción, la fábula y la magia pueden guiarnos.

Comisariado junto a Vera Martín Zelich
Esther Merinero
(1994, Madrid). Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Chelsea College of Arts. Posteriormente graduada en MA Sculpture, por el Royal College of Art, gracias a una beca otorgada por la Fundació “la Caixa” (2019) para estudios de posgrado en el extranjero. Durante 2021 continuó con la producción de su obra gracias a una ayuda para las artes visuales de la Comunidad de Madrid y en 2022 fue otorgada el premio de Circuitos de las Artes Plásticas. Su obra ha sido incluida en exposiciones internacionales en espacios como Centre del Carmé Cultura Contemporània (Valencia), Saatchi Gallery (Londres), Cromwell Place (Londres), Dada Post (Berlín) o Charsoo Honar (Teherán), y es representada por la galería Pradiauto (Madrid). Ha impartido conferencias y talleres en diferentes instituciones como University of the Arts (Londres), University of the Creative Arts (Farnham) o en Espositivo Academy (Madrid). En los próximos meses mostrará su trabajo en Centro Centro (Madrid) y en SZN (Londres), entre otros.

El trabajo de Esther presta atención a los pequeños detalles que dan significado a eventos en nuestro día a día y los convierten en memorias, proponiendo así narrativas paralelas que parten de una realidad. Los objetos se convierten en colecciones, en listas de obsesiones, y la carga emotiva que adquieren les hace tener un peso equivalente al de un sujeto. Estos objetos son otro tipo de cuerpo, que puede interactuar y sentir, pero que también puede escapar o perderse. Estos objetos, si se pierden o escapan entre los agujeros, son irremplazables, pues sirven de objeto pero también de escudo, y una vez desaparece éste se puede ver el vacío que deja, el agujero. Este interés responde a la compleja relación entre volúmenes formalmente separados pero emocionalmente unidos, y los relaciona dentro de fantásticos escenarios.

Su práctica presta una constante atención a las nociones de accidente, el amor y la fragilidad, que responden a una urgencia dentro de la situación social contemporánea en la que vivimos. Esther desarrolla estas ideas a través de una variedad de medios que se activan desde el uso de imágenes, objetos o textos que crecen hacia una materialidad escultórica, narrativa y escénica; pudiendo ser ésta activada a través de agentes concretos y el público.
Lina Lapelytė
(Kaunas, 1984) basa su práctica performativa en la música y coquetea con la cultura pop, los estereotipos de género y la nostalgia. Sus obras involucran a intérpretes con y sin formación, a menudo mediante el canto a través de una amplia gama de géneros como la música pop y la ópera. El canto toma la forma de un evento colectivo y afectivo que cuestiona la vulnerabilidad y el silenciamiento. En 2019 su obra de performance colaborativa Sun & Sea (Marina) recibió el premio León de Oro en la Bienal de Arte de Venecia. Sus exposiciones recientes y próximas incluyen la Fundación Cartier, París; el Museo de Arte de Tel Aviv; RIBOCA2 - Bienal de Riga; Tai Kwun, Hong Kong; Glasgow International; Kunstenfestivaldesarts, Bruselas; Bienal de Kaunas, Lituania; Pompeii Commitment y Castello di Rivoli, Italia.
Alejandro Villa-Durán
(Jalisco, 1993) es graduado por el Royal College of Art, Londres. Previamente estudió Diseño Textil en Central Saint Martins Londres.

El punto de partida de su obra pictórica y escultórica es la “coreografía intuitiva”, término que condensa una repetición metodológica: salir, desplazarse para volver y luego trazar el recorrido. En general, estos viajes fuera de la ciudad buscan que el cuerpo se convierta en el medio para una presencia atenta en su entorno. La apuesta no es por una interpretación de lo natural, sino por una relación singular que permite al cuerpo generar un diferencial al verse afectado por el encuentro: es decir, por lo imprevisible. La sensación se abre y la percepción responde estableciendo una línea de interpretación, una posición -con vistas a ser compartida- sobre lo experimentado.

Al regresar, comienza la segunda parte del proceso. Pensando en la producción como una especie de tránsito, Alejandro Villa, suele trabajar en series que le permiten explorar lo vivido y lo experimentado, al tiempo que éste se ve afectado por los materiales y las condiciones de cada medio.

En pintura, el límite es la propia paleta de colores, que selecciono antes de empezar. Más que una representación, la pintura es para mí una coreografía que empieza y termina con el cuerpo: la mano traza, pero el cuerpo se mueve sobre el lienzo. Esto emite una temporalidad ligada al trance entre pintura y memoria; la pintura es la presencia frente al cuadro, mientras que la memoria (del viaje que precede a la práctica) es el contrapunto que construye el ritmo de la composición. En ella, la superposición de marcas y manchas es tan relevante como el vacío que sustenta tanto la experiencia como la imagen.
Frederik Nystrup-Larsen
(Copenhagen, 1992) se graduó en el Máster en Escultura del Royal College of Art en 2020. Su muestra de fin de máster se exhibió en la Galería V1 en Copenhague, Dinamarca. Su práctica está centrada en un debate de la función y la estética orientado a los objetos. Su práctica escultórica, informada conceptualmente, siempre incluye un amor subyacente por las reglas universales de la belleza que trasciende toda forma y composición. Su trabajo está marcado por un enfoque estético transversal, evidente tanto en sus esculturas como en sus piezas escritas, que aborda y cuestiona las funciones de la traducción en relación con la poesía.